Es el que aparece en el cuello del útero, la entrada al útero por la vagina. Contrariamente a lo que ocurre con muchos otros cánceres, que afectan sobre todo a personas de más edad, casi la mitad de los casos de cáncer cervicouterino se presentan entre los 35 y los 55 años, cuando estas mujeres están en plena actividad profesional y ocupándose de su familia. En los actuales Estados miembros (EU-28), se considera que en 2012 hubo 34 000 casos nuevos y más de 13 000 muertes por cáncer cervicouterino. El cáncer cervicouterino es especialmente frecuente en muchos de los países del Este y del Sur que se adhirieron a la UE después de 2003: Rumanía y Lituania tienen, respectivamente, índices de muerte por cáncer cervicouterino diez veces y siete veces superiores a Finlandia y Malta, que son los Estados miembros con índices más bajos. Estas diferencias tan marcadas se deben sobre todo a la aplicación inadecuada de programas organizados de cribado del cáncer cervicouterino, o a la ausencia de estos, en muchos de los nuevos Estados miembros.
Casi todos los casos de cáncer cervicouterino son causados por el virus del papiloma humano (VPH). El VPH es un virus muy común, que suele propagarse por contacto sexual. El cáncer cervicouterino suele ser asintomático en sus fases tempranas. Cuando hay síntomas, el más frecuente es la hemorragia vaginal inhabitual, que puede presentarse después de una relación sexual, entre una menstruación y la siguiente o después de la menopausia.
Una hemorragia anormal no quiere necesariamente decir que tenga usted cáncer cervicouterino, pero el médico debe estudiar la cuestión lo antes posible. Si el médico cree que puede tener cáncer cervicouterino, la enviará al especialista.
Cuando el cáncer cervicouterino se diagnostica en fase temprana, su tratamiento quirúrgico eficaz suele ser posible.